DON JUSTO TORRES, ENTREGA UN TROFEO AL CAMPEÓN DEL FUTBO, INFANTO JUVENIL |
Pesar por el fallecimiento
de Justo Torres Alarcón
El fútbol orureño está conmovido por la partida de
don Justo Torres Alarcón, dirigente por más de 25 años en la Asociación de
Fútbol Oruro y otros tantos, como representante del desaparecido club 31 de Octubre
de Oruro.
Este sábado 2 de junio, en horas de la mañana, se
conoció la infausta noticia, cuando se jugaba parte de la sexta fecha del
torneo oficial de fútbol de la AFO.
Se supo que fue un accidente que se registró en su
domicilio particular, pero todos se resistían a creer que don Justo falleció.
Con el correr de los minutos se ratificó la infausta noticia y cundió el pesar
en los dirigentes del fútbol orureño.
Don Justo Torres, que por varios años ocupaba la
cartera de Secretario de Bienes Patrimoniales de la AFO, era muy servicial y
buen amigo y asesor para cooperar a los
jugadores y dirigentes de clubes para
facilitar sus preocupaciones en la habilitación de jugadores y otros temas
administrativos.
Un tipo muy bueno y amigo de los periodistas deportivos
de Oruro.
Muchas veces salvo diferentes situaciones difíciles
que soporto la AFO, porque su experiencia como dirigente le permitía solucionar
los problemas.
Amigo de las divisiones inferiores del futbol
orureño, un buen padre de familia y orgulloso de sus hijos. Se fue este sábado
sorpresivamente, dejando un gran dolor en la familia del fútbol orureño.
Por toda esa su labor, fue distinguido con sendos
diplomas por la Asociación de Fútbol Oruro y su nombre llevo un campeonato
oficial de la AFO.
En la sexta fecha que se registró este sábado 2 de junio
de 2018, en el estadio “Jesús Bermúdez”, en el partido Escara- Sur Car, se guardó un minuto de silencio como homenaje
póstumo.
La actividad de don Justo Torres, querendón de su
tierra, también permitió repartir su tiempo con el folklore desde su conjunto,
la Diablada Fraternidad, donde cumplió una serie de actividades como danzarín y
dirigente.
Paz en la tumba de don Justo Torres Alarcón y
resignación a su familia por tan irreparable pérdida.
(Etzhel Llanque Albarracín)