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JULIO CESAR BALDIVIESO |
Baldivieso,
dispuesto a
correr riesgos
FUENTE: (FIFA.com) 12 oct. 2015
Desde que asumió como seleccionador de Bolivia a
fines de agosto, Julio César Baldivieso intenta aportar su grano de arena para
refundar el fútbol boliviano. Con ese objetivo en mente, apela a varias de las
herramientas que mostró como jugador, cuando destacó como un talentoso armador
de aquella generación que disputó la Copa Mundial de la FIFA EEUU 1994™. Entre
ellas sobresalen su personalidad para tomar las decisiones necesarias y su
convicción para sostenerlas.
De ahí que no extrañaran sus palabras tras la caída como local con
Uruguay por 2-0 en el inicio de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018™.
"Debo pedir disculpas al país y a la gente por la ilusión, pero tenemos
que pisar tierra. Nosotros habíamos dicho que esto es un proceso, que de la
noche a la mañana no se esperan resultados. Ténganos paciencia", imploró.
La declaración encierra una dosis de autocrítica
algo inusual para el ámbito futbolístico, pero que Baldivieso ya había exhibido
luego de perder 7-0 con Argentina en el amistoso que marcó su debut al frente
del equipo. Ese día calificó al resultado de "vergonzoso". "No
me parece nada duro decir que tienes vergüenza, o aclarar cuál es la realidad
del fútbol nacional", afirma el técnico en charla con FIFA.com. "Siempre fui frontal, no estudio discursos
para quedar bien. Digo lo que pienso en cada momento y mal no me ha ido".
Renovación y cambio
Esa frontalidad le permitió asumir en plenitud su primera decisión fuerte: encarar el clasificatorio mundialista con un plantel rejuvenecido, conformado casi íntegramente por futbolistas que militan en el país. "Siempre he pregonado darle lugar a jugadores jóvenes en todos los equipos que he dirigido. Hoy la selección tiene un promedio de edad de 25 o 26 años, y eso dice mucho. Es un riesgo muy grande, pero quiero correrlo porque el futbolista boliviano merece esa clase de oportunidades".
Esa frontalidad le permitió asumir en plenitud su primera decisión fuerte: encarar el clasificatorio mundialista con un plantel rejuvenecido, conformado casi íntegramente por futbolistas que militan en el país. "Siempre he pregonado darle lugar a jugadores jóvenes en todos los equipos que he dirigido. Hoy la selección tiene un promedio de edad de 25 o 26 años, y eso dice mucho. Es un riesgo muy grande, pero quiero correrlo porque el futbolista boliviano merece esa clase de oportunidades".
El resultado adverso en La Paz duele, claro está, pero no hace dudar a
Baldivieso. Sobre todo porque sabe lo difícil que es repetir una generación
como la suya, que le dio a Bolivia su última participación mundialista.
"Fuimos talentos que nacen y se juntan cada tanto. El fútbol argentino ha
tenido varias generaciones así, pero ni en Colombia o Chile, por ejemplo, ha
sido tan común. Brasil tampoco tiene ahora una generación deslumbrante".
El caso de Bolivia tiene sus particularidades, reconoce el técnico de 43
años. "Aquí dimos pasos para atrás. Todos los que amamos este deporte
somos en parte responsables, porque que no supimos afrontar la situación. Esto
excede a nombres puntuales o a una generación. Necesitamos modificar
estructuras, como las divisiones inferiores. Por algún lado debemos
empezar".
Recuperación de valores
Baldivieso es el cuarto integrante de aquel plantel que disputó el Mundial de 1994 que dirige a la selección, después de Carlos Trucco, Erwin Sánchez y Gustavo Quinteros, hoy seleccionador de Ecuador y próximo rival de Bolivia en la eliminatoria para Rusia. El entrenador elige no hablar de los ciclos anteriores, y en su lugar destaca la presencia en su cuerpo técnico de otros tres compañeros de ese equipo: el ex arquero Marcelo Torrico, el ex zaguero Luis Cristaldo y el ex atacante Carlos Borja, quien además era capitán.
Baldivieso es el cuarto integrante de aquel plantel que disputó el Mundial de 1994 que dirige a la selección, después de Carlos Trucco, Erwin Sánchez y Gustavo Quinteros, hoy seleccionador de Ecuador y próximo rival de Bolivia en la eliminatoria para Rusia. El entrenador elige no hablar de los ciclos anteriores, y en su lugar destaca la presencia en su cuerpo técnico de otros tres compañeros de ese equipo: el ex arquero Marcelo Torrico, el ex zaguero Luis Cristaldo y el ex atacante Carlos Borja, quien además era capitán.
Pero Baldivieso sabe que con transmitir la mística de 1994 no alcanza. Por eso ha buscado
tocar las fibras íntimas de sus jugadores de una manera muy particular, con dos
actividades organizadas en el Colegio Militar del Ejército boliviano: primero
una charla motivacional, luego una práctica de tiro. "Lo que buscamos es
volver a crear civismo en los futbolistas. Queremos que sientan que jugar a la
selección es un privilegio, no una obligación".
En lo futbolístico, Baldivieso aspira a formar un equipo "que tenga
presión, entrega y agresividad en todos lados. Uno más preocupado de lo propio
que lo del rival, pero sin ser suicida". Si bien mostró chispazos de esa
intención ante Uruguay, careció de peso en ataque para aprovechar las
situaciones que generó, pecado que pagó con la derrota.
¿Puede Bolivia plantearse como objetivo alcanzar el Mundial de Rusia en
este contexto? "No podemos mentirnos a nosotros mismos, para armar lo que
queremos necesitamos tiempo", avisa Baldivieso. "La gente cree en
este proyecto, y no queremos desilusionarnos a nosotros ni a nadie. Vamos a
hacerlo lo mejor que podamos, pero por este camino. Sabemos que asumimos un
riesgo, pero estamos dispuestos a correrlo aunque nos cueste el cargo".